viernes, 26 de noviembre de 2010

Leave before the lights come on


Avanzó hacia el borde del escenario, alzó la guitarra y rasgueó el acorde que ponía fin al concierto. Apenas pudo escuchar el sonido de su guitarra. La gente gritaba y aplaudía con entusiasmo. Se descolgó la guitarra y se juntó con el resto del grupo para saludar al maravilloso público. El sudor seguía corrindo por su frente. Miró hacia adelante con la esperanza de poder verla, pero los focos no le dejaban ver más que la primera fila, donde no halló lo que buscaba entre aquel ejército de caras sonrientes y manos levantadas. Seguían los aplausos.

Encendieron las luces y fue entonces cuando tomó la decisión de bajar del escenario. Había gente sonriendo e intentando abrazarle, otros seguían coreando las siete últimas notas de la canción y había quien se dirigía hacia la salida. Y entonces la vio. Intentó acercarse pero ella estaba yéndose y era difícil avanzar con la gente parándole para felicitarle. Logró extender el brazo y rozar sus dedos. Ella se giró y esbozó una tímida sonrisa. Si hubiese sabido que de todos los conciertos que le quedaban por tocar ninguno acabaría como aquel, hubiese estirado un poco más el brazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario