lunes, 17 de octubre de 2011

Pronto se hará de noche

Pronto se hará de noche y volverán los abrigos. Los niños se quedarán en casa y los cafés serán sagrados. De nuevo en la oscuridad, como cuando solíamos invadir parques, reírnos de nosotros, rasgar guantes y abrazarnos como ogros.

Pronto se hará de noche pero te seguiré viendo igual. Los niños nos mirarán recelosos y los cafés no te sabrán tan mal. De nuevo en la oscuridad, nos contaremos los días, sonreiremos para ver mejor, diseñaremos planes y nos vestiremos de invierno.

Pronto se hará de noche y respiraremos el frío de la montaña. Los niños no sabrán lo divertido que es ser así y los cafés no quemarán. De nuevo en la oscuridad conduciremos a tu pueblo, nos esconderemos en los sacos, desconectaremos del mundo y nos observarán las estrellas.



Madre mía cómo pasa el tiempo.

martes, 11 de octubre de 2011

Una sonrisa de (en el) cine

De todos los espectadores que había en la sala, fui el único que la vio. No salía de la pantalla, ni iba dirigida a nadie más que a mi. No sé ni cuánto duró, pero saboreé cada instante de aquel regalo. Una sonrisa de esas que alegran semanas. De las buenas, de las que lo importante no es lo bonita que es sino todo el significado que va tras ella. No importa cómo acaba la película que hay en pantalla porque para ti el final va a ser bueno sí o sí. Una sonrisa acompañada por esa mirada que sale de esos ojos negros que brillan aun cuando no hay luz. Los mismos que no me canso de mirar y que echo de menos aunque desaparezcan sólo unos minutos.

Y sólo era para mi.

C: