viernes, 29 de julio de 2011

Sueños de un día de verano

Sumergido por fin en el verano. Escoltado por altas montañas y (de momento) acompañado de mi guitarra, mi cama y "Los Pilares de la Tierra". Nada mal para empezar. Mentiría si negase que no me importaría rebobinar el tiempo hacia alante unas cuantas horas, pero eso todavía no se ha inventado así que busquemos planes alternativos.

Podría haber dicho que esta entrada iba sobre planes, pero de lo que yo voy a hablar, aunque pueda ser un término que dé lugar a confusión, es de los sueños. Estoy convencido de que en verano los sueños aumentan. Quizás me equivoco y lo que realmente pasa es que se nos presentan mucho más realistas, más vistosos, más comprensibles o más razonables. Incluso más alcanzables. Ya sea por la enorme cantidad de tiempo libre que tenemos por delante, por la buena temperatura, porque por las noches dormimos mejor o porque durante el día aprendemos a dormir con los ojos abiertos. La cuestión es que los tenemos y por una vez les hacemos caso y les damos más prioridad.

Esto no quiere decir que todos nuestros sueños se puedan hacer realidad estos días porque sí. De eso nada. Pero nos sirven como guía para muchas de las acciones que vamos a llevar a cabo, los planes que vamos a trazar minuciosamente o la gente en la que vamos a invertir parte de nuestro tiempo. Dicho de otra manera, estos días veraniegos sabemos gestionarlos mejor. Y nos volvemos más creativos y nos ilusionamos más. La ilusión, casi sin darnos cuenta al principio, se convierte en el motor de los sueños.

Finalmente caemos en la cuenta de algo importantísimo. Los sueños, si se comparten 1) se hacen más fuertes 2) se gestionan mejor y 3) se pueden alcanzar más facilmente. Si no se llegan a alcanzar, no pasa nada, para eso no estás sólo y sabes que encontrarás conjuntamente alguna alternativa que se adapte mejor o peor al plan inicial. Pero si tienes la suerte de cumplir tu sueño felicidades. Hay millones de sueños compartidos (no confundir con fantasías) y millones de personas que se ilusionan con ellos. Y allí está la gracia, no perder la ilusión.

Después de semejante rollo cojo y tuerto de sentido, desear un buen verano a los soñadores y mucha suerte a la hora de perseguirlos. Yo ya estoy en ello.

miércoles, 27 de julio de 2011

Polvo

Polvo en los títulos. Polvo en las fotos. Polvo hasta entre las letras. Polvo en los comentarios. Polvo en las visitas. Polvo por todas partes. Es lo que tiene cuando te pasas dos semanas en un colegio al otro lado del Canal de la Mancha en el que no hay wifi y los pocos ordenadores de los que dispones tienen el acceso a Blogger restringido. De-sas-tre. Así que con esta entrada empiezo a limpiar el polvo que se ha ido acumulando y voy haciendo hueco a las nuevas ideas que estoy seguro empezarán a aparecer tarde o temprano. Saludos de nuevo Pies Planos.

sábado, 9 de julio de 2011

Lo que (no) sabemos

Sabes que no es para tanto
Sabes que es una pequeña isla en un océano gigante
Sabes que lo vas a pasar en grande
Sabes que no es más que una cuenta atrás
Sabes que la meta es una recompensa
Sabes que luego te reirás de todo esto
Sabes que tienes que saber enfrentarte
Sabes que no siempre será fácil
Sabes que a veces irá rápido
Sabes que a veces irá lento
Sabes beberte el lado bueno de todo esto
Sabes ser paciente
Sabes aprender a recordar
Sabes contar los días
Sabes echar de menos

Y entonces te armas de valor y te enfrenas a dos monstruos como la distancia y el tiempo. Te pegan, te torturan y te humillan.

Entonces lo piensas: no sabes nada.

Pero no importa porque en esta batalla no estamos solos, y al final, sólo al final salimos victoriosos y sin un solo rasguño. Podemos con esto.

(seis palabras)

lunes, 4 de julio de 2011

Mis días en Mílakros

Día gris en mi regreso a la civilización. Lluvia, tráfico, calor y mal olor. Han echo falta dos días para que me de cuenta de las ganas que tengo de largarme un tiempo de aquí. Han hecho falta dos días para que vea que todavía me queda mucho por conocer y que hay descubrimientos inolvidables ¡Tan poco tiempo y tanto que echar de menos!

Allí el aburrimiento no existe, el no hacer nada y la vagancia tampoco. El día es exprimido al máximo para poder saborear y aprovechar cada momento. Hasta los minutos de siesta tienen su sentido, que es el descanso por el gran número de actividades realizadas y el trabajo que ello conlleva. Un trabajo que se disfruta, pero con esfuerzo y mucha, mucha dedicación y cariño, que es lo que les sobra a las personas que gastan unos días de su verano para hacer que otros disfruten y aprendan. Envidia sana, admiración. He sido un mero espectador y espero haber ayudado en todo lo posible sin ser un estorbo.

Lo que allí se cuece es grande, y la forma en que se hace todavía más. Y siempre con la sonrisa por bandera y las ganas como himno. Un pequeño mundo al que espero poder volver de nuevo y del que me llevo un recuerdo único. Mi más profundo agradecimiento y admiración a Pancho, "Tit", Laura, Pati C, Santi, Nacho B, Guille, Nacho V, Mónica, Luís, Pati F, Marta, Borja, María, Manu y a los 39 protagonistas de esta increíble aventura.