viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Quedan escasas horas para que se acabe el año. Estoy preparando mi bolsita de las uvas de la suerte:

Una por mis padres y mi hermano
Una por las familias Garriga y Bravo
Una por los Barneys
Una por los amigos de siempre
Una por mis ex compañeros de colegio
Una por Thursday Ride
Una por los Ruteros
Una por los Periodistas
Una por los de Sitges
Una por la gente que conozco en Barcelona
Una por los que estáis aquí en las montañas
Una por todas aquellas personas a las que conoceré este año

FELIZ 2011

Top 5 canciones de mi año

Esto no es una lista de las mejores canciones del año. Es una lista de las canciones que han estado constantemente presentes en mi año, ya sea por haberlas escuchado reiteradas veces, por lo mucho que me gustan o por su significado. Se me ha hecho difícil escoger las 5 principales, igual me he equivocado. Allá van:

1) Don't Look Back in Anger
Oasis

Himno indiscutible de mi año. Una canción que ya conocía desde hacía tiempo pero que he ido escuchando y adorndo cada vez más. Todo en ella me atrae. La música es una aténtica maravilla, ejemplo claro del genio creativo que es Noel Gallagher. La letra, aunque carezca de un claro sentido, tiene algunos destellos, frases sabias y nombres propios que traen bonitos recuerdos. Finalmente, el hecho de haberla tocado en directo con Thursday Ride y haberla dedicado le da una importancia única.

2) Wake Up
Arcade Fire

Ninguna canción, o muy pocas, tienen tanta potencia como Wake Up. El gran número de instrumentos que le dan forma, el coro de voces estremecedor que pone la piel de gallina y una letra sobre la vida y el hecho de entender cosas a lo largo de ella forman una obra maestra de uno de los grupos que he tenido la enorme suerte de descubrir y escuchar en directo este año. Pocas canciones motivan tanto.

3) You! Me! Dancing!
Los Campesinos

Recuerdo la risa que me entró al oír el nombre del grupo y la sorpresa que me llevé al escuchar una cancion tan pegadiza y cañera como ésta. La intro, el "subidón" y el riff de guitarra han sonado en mis auriculares muchos días desde que la descubrí. Parece una chorrada de canción, pero transmite tantas ganas de bailar y de hacer música que no podía faltar en esta lista.

4) These Are the Days
Jamie Cullum

Necesitaba escoger una canción del joven pianista inglés, porque ha sido, juntamente con Arcade Fire, el mayor descubrimiento musical que he hecho este año. Recuerdo que fue mi abuela quien me lo hizo escuchar.De todas sus canciones esta es, sin duda, la mejor. Recuerdo que le dije un día a un amigo "inténtala escuchar sin que te salga una sonrisa". Imposible.

5) Espíritu Santo
Delafé y las Flores Azules

Cierro la lista con un tema en español, de un grupo que también he descubierto este año. Recuerdo haber oido a Delafé con anterioridad, no me acababan de convencer, pero cuando los vi en directo me di cuenta de lo buenos que realmente eran. Esta canción y el concierto (pude conocer personalmente a Óscar, líder del grupo) entraron en un momento de mi año en el que no estaba "fino" del todo. Creo que pocas canciones levantan tanto el ánimo como Espíritu Santo.

La primera vez

Es peculiar, ¿verdad?, estar a pocas horas del final de un año, a unos minutos de una dulce siesta y pensar (y escribir) en ese "algo" que llevas contigo a todas partes. Sé que está allí, pero no sé con exactitud qué es. Tiene algo de curioso, de inusual, de sospechoso, de atractivo. Todo un misterio. Un misterio en el que no dejo de fijarme. Un misterio que pienso y quiero resolver. Cuanto antes mejor.

(Sí, es la primera vez que te escribo.)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

En las montañas

Sí, de vacaciones navideñas entre picos nevados y chimeneas humeantes. Aquí en el valle de Benasque huele a invierno. Si me preguntasen no dudaría en decir que es la mejor época del año para estar en las montañas. Además, son una vacaciones como Dios manda, sin trabajos ni estudio (viva la Pompeu Farra).

Me levanto más pronto que los días que voy a la uni para poder llegar de los primeros a las maravillosas pistas de Cerler y poder disfrutar de unas bajaditas cañeras sin gente y con nieve dura antes de enfundarme la chaqueta de profesor de esquí (en esto soy nuevo) y pasarme tres horas enseñando (levantando del suelo, limpiando mocos y persiguiendo) a niños pequeños que empiezan en esto de la nieve. Tiene su parte entretenida y su parte estresante. No todo es perfecto. Por las tardes el más puro relax: siesta, leer, tocar la guitarra, escribir aquí y luego subir a Benasque a tomar algo. De vuelta a casa a cenar y dormir pronto/cena en Benasque y salir por allí.

Salir de momento no mucho. Hay que reservarse para el 31. Despediré el año desde aquí. Sí, ya sé que no es tan glamuroso como las fiestas organizadas en las ciudades, pero tiene sus ventajas. Es gratis, caras conocidas y diversión asegurada. Este año puede ser bueno. (esperemos)

lunes, 27 de diciembre de 2010

La entrada #50

Sinceramente, no creía que habría tantas. No me veía capaz de seguir escribiendo después de pasados unos días desde que inauguré el blog. Creí que me faltaría fuerza de voluntad. Que me acabaría cansando o que me aburriría este rollo de escribir.

Nada de eso.

Aquí sigo. Escribiendo más líneas y plasmando lo que pienso. Hacía tiempo que pensaba sobre qué escribiría en la entrada número cincuenta, pero no se me ocurría nada que tuviese una importancia relevante. Así que voy escribiendo líneas en esta entrada mientras pienso qué escribir. Pensándolo bien no voy a escribir sobre nada.

Ayer Pies Planos recibió el mejor piropo que alguien le podía echar. Una personita genial dijo que lo que había aquí escrito le gustaba porque era sincero. Por supuesto que lo es. No podría escribir sin ser sincero, y tampoco hubiese hecho este blog si no era para otra cosa que ser sincero. Porque, seamos sinceros, más no me he podido sincerar. Si alguna vez empiezo a ocultar cosas, entonces esto empezará a estropearse.

Sincero es decir que aquí en las montañas no se está nada mal. Que me esperan unos días prometedores. Que vuelvo a mirar disimuladamente. Que hace nada me saqué un peso enorme de encima y que puedo respirar aliviado. Que ya no soy invisible. Vuelvo a estar a la vista de todos. Y quiero mostrarme ofreciendo mi mejor yo.

Y eso sólo se consigue siendo sincero.

50 entradas. Esto no se para, esto no se para.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Blue Skies


Por alguna razón este día de Navidad he estado escuchando canciones de un grupo que se llama Noah and the Whale. Su estilo, difícil de describir. Pero entre todas las canciones hay una que destaca sobre el resto. Se llama Blue Skies, y es un auténtico poema, tanto la letra como la música. Por eso quiero colgar la letra aquí para que cuando la escuchéis (cosa que os recomiendo que hagáis) entendáis todo el dolor y el optimismo que utilizó su autor al escribirla.

This is a song for anyone with a broken heart
This is a song for anyone who can't get out of bed
I'll do anything to be happy
Oh cause blue skies are coming but I know that it's hard

This is the last song that I write while still in love with you
This is the last song that I write while you're even on my mind
Cause it's time to leave those feelings behind
Oh cause blue skies are coming but I know that it's hard

I don't think that it's the end
But I know we can't keep going
I don't think that it's the end
(I don't think that it's the end)
But I know we can't keep going
(But I know we can't keep going)

But blue skies are coming
(blue skies are coming)
Oh yeah blue skies are coming
(blue skies are coming)
Oh well blue skies are coming
But I know that it's hard

Feliz Navidad

Sólo quería desearos a todos Feliz Navidad. No hubiese terminado nunca yendo uno por uno, pero sé que lo entenderéis. Os deseo lo mejor para estas fiestas y para el año que está a punto de empezar. Ojalá pudiese daros un abrazo a todos, pero los días no dan para tanto. Disfrutad con los seres queridos, que se vea el espíritu navideño.

Feliz Navidad.

Gracias por seguir leyendo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mi año 2010 (2a parte julio-diciembre)

Un día en Ibiza recibí una llamada que me anunció que pasaría julio en las afueras de Londres como monitor de chicos españoles de entre 15 y 17 años. No era una broma. Por suerte contaba con la ayuda de un compañero que sabía lo que hacía (y que ha acabado tocando la guitarra un poco por mi culpa) y el grupo era genial. Unos días entretenidos en la capital inglesa, no me puedo quejar.

Tengo que decir que por fin pasé un agosto de verdad. No es que el resto fuesen aburridos, pero siempre estaba colgado en las montañas y a la larga s echaba de menos tener un grupo de gente con la que pasar el rato. Este agosto fue diferente. Los primeros días en los Pirineos fueron geniales: buen tiempo, fiestas del pueblo y gente nueva que alegró mi estancia. Después tocó bajar a Sitges. Seaside. Hacía muchos años que no estaba por Sitges en agosto, pero pronto conocí a un grupo maravilloso de personas con las que compartí auténticos momentos memorables y a las que quiero dar las gracias desde aquí por acogerme en vuestro grupo y hacer que conociese a gente extraordinaria. Agosto se acabó con los últimos petardos de las fiestas, entre chispas y múscia. No quería que aquello se acabase. No quería que llegase septiembre.

Nadie, y cuando digo nadie es nadie, podría haberme avisado de que septiembre sería un gran mes (igual es demasiado violento decirlo, pero podría ser el mejor mes). Mientras todos empezaban los colegios y las universidades yo salía a correr y paseaba al perro. La semana del 20 de septiembre (día en que empecé la carrera de Periodismo) se presentó con lluvia (premonición incorrecta). Antes he dicho que podía recordar el día 15 de enero a la perfección. Bien, creo que será prácticamente imposible que olvide el martes 21 de setiembre. Aprobé el práctico del carnet de conducir (a la primera) y recibí mi nueva guitarra, un auténtico pepino. Un gran día, pero se queda pequeño al miércoles que le siguió. Aquel si que fue un día que es imposible que olvide. Igual olvido qué hice ese día, pero no me quitaré de la cabeza el abrazo con más sentido y significado que he recibido. Recuerdo como me temblaba todo el cuerpo y lo mucho que me costó despegarme la sonrisa que tenía de oreja a oreja. Y no sé si fue por ella, pero a partir de ese día las cosas me salieron a la perfección: batí mi marca de 10 km, hice un tiempazo en mi primera media maratón y entré en octubre ganando con Thursday Ride el First Day Festival.

Recibí octubre con la mejor de mis sonrisas. Igual no me daba cuenta, pero todo iba bien. Bien no, genial, maravillosamente. Me reuní con mis compañeros de expedición un año más en Zaragoza. Volver a verlos todavía aumentó más mi alegría. Hasta que un viernes se llevaron mi muela del juicio y mi ilusión. Se había acabado. Una persona inteligente y hábil me ha dicho que no vale la pena escribir las cosas malas si ha habido algo bueno que recordar. Voy a hacerle caso, porque aquellas semanas fueron los mejores días del año (lo siento, de verdad, no quiero ser pesado, pero es cierto) y no vale la pena pensar en lo malo cuando tengo un recuerdo que me hace sonreír cada día.

Noviembre fue un mes de duro trabajo en la universidad. Trabajos que se acumulaban y libros interminables que eran imposibles de entender. Pero a su vez fue un mes idóneo para conocer a las geniales personas con las que voy a estudiar durante los próximos cuatro o seis años. Ya se veía que los estudiantes de periodismo eran muy buena gente y muy buen grupo, pero quedó demostrado la noche en que nos cargamos la tarima de Bucaro en la Pompeu Farra. O la mítica noche en el chino/karaoke, que dio comienzo al último mes del año.

Diciembre empezó con buena nieve y mucha lluvia que lo estropeó todo. Aunque la lluvia se transformó en horas de estudio para los exámenes finales, de los que estoy bastante satisfecho. Después de los exámenes han empezado unas largas vacaciones que quiero disfrutar de verdad antes de volver a la rutina.

Todavía quedan días de año, entre ellos Navidad. estoy seguro de que serán días agradables. Días en los que recordar este año que ha tenido de todo. Espero que el 2011 esté a la altura del 2010. No lo pongo en duda. Si algo he aprendido este año es que te puedes llevar una sorpresa en cualquier momento.

Un brindis por el 2010.

Mi año 2010 (1a parte enero-junio)

Toca mirar atrás. Quedan escasos días para que termine el año 2010. Como no sé exáctamente cómo va a funcionar internet en las montañas, esta entrada (que debería esperar unos días a escribirla) la voy a publicar hoy. Tenía pensado repasar el año mes por mes, pero me he dado cuenta de que los recuerdos no siempre son nítidos ni fáciles de ubicar en el tiempo, así que intentaré ser lo más conciso posible.

Allí va mi 2010:

El año no pudo empezar mejor. Le di la bienvenida lejos de casa, lejos de mi familia. En Chile. En la ciudad de Santiago. Allí, apartado del mundo y con la mejor compañía deseable saludé con una sonrisa al que iba a ser un año completo, que me cambiaría en muchos aspectos. No recuerdo si me puse algún propósito, y si lo hice, no recuerdo cuál fue. Regresar a casa se hizo difícil y duro, acababa de pasar los mejores días de mi vida y ahora tocaba volver al frío y a la rutina. Pero a los pocos días de llegar Thursday Ride dio su primer concierto. Recuerdo aquella noche del 15 de enero a la perfección. Es difícil describir la ilusión que me hizo tocar en directo para un público que realmente dio todo su apoyo y en mi colegio. Allí empezó lo que podríamos llamar "la carrera musical de Thursday Ride".

Segundo de bachillerato no daba tregua, pero conseguí sacar tiempo para seguir entrenando y compitiendo en esquí y dedicarle tiempo al grupo. Recuerdo que dimos dos conciertos en una semana (con sus respectivas fiestas). Ahora es cuando la memoria me falla, o sencillamente no pasó nada que destaque sobre lo demás. Empezaron a florecer las fiestas de 18 años, ponerse traje era una acción cada vez más frecuente. Tampoco podré olvidar el día de Sant Jordi de este año. No porque le regalase a alguien una rosa, sino porque al día siguiente empezaban los exámenes de la tercera evaluación. Sí, estábamos en abril pero el curso iba llegando a su fin. Aunque recuerdo recoger la mención especial por la foto que hice para el concurso del cole de una Barcelona recién maquillada por la nieve. No creo que ninguno de vosotros pueda olvidar aquel peculiar lunes en el que una capa de nieve sembró el caos en la ciudad condal.

En Semana Santa hice un tramo del Camino de Santiago con un grupo de grandes amigos. Aquello fue una bonita experiencia. Nos levantábamos de noche para caminar por las tierras del norte mientras nos contábamos nuestras vidas y milagros. No importaban las ampollas. Caminando uno se encontraba bien.

En Mayo comenzó la gran agitación. Terminó en curso y empezó la preparación para la Sele. Motivación no me faltaba, porque tenía una media de miedo y una confianza en mi mismo que me empujaba hacia adelante. En esos días de repaso algunos se relajaron y otros se estresaron. Creo que yo estuve en los dos grupos. Nos graduamos sin saber todavía nuestras notas. Aquella noche fue bastante memorable. Creo que en la Jefatura de tráfico todavía tienen colgada la orla de la clase del 2010.

Junio llegó en medio de un torbellino de nervios y ganas de verano. Aquellos días me sentí raro de verdad. Por un lado veía que se acercaba la Sele y que me jugaba mi nota de acceso a la universidad. Por otro lado no podía dejar de pensar en mi cumpleaños (11 de junio, último día de la sele y viernes), en el viaje a Ibiza y en el verano tan largo que me esperaba. Aunque luche todo lo que pude, los nervios se apoderaron de mi los días previos a los exámenes, pero conseguí centrar mi cabeza a tiempo para hacer una buena Selectividad. No lo sabía, pero acababa de entrar en la universidad donde quería y además matrícula de honor de bachillerato. El último día de la sele, quiero decir, mi 18 cumpleaños acabó con una fiesta rodeado de la gente que más quiero y una fiesta post-sele que será recordada tanto por lo bueno como por lo malo. Una semana más tarde estaba embarcando en un barco rumbo a Ibiza, de viaje de fin de curso, de fiesta. Aquella semana fue inolvidable: copeos memorables, convivencia, libertad, las mejores discotecas, los mejores dj's, discusiones, resacas interminables y alguna que otra decepción. Sí, la historia de los últimos años se puso bien fea. Por lo menos desde mi punto de vista. Pero aquel viaje valió la pena. Junio terminaba, ya había pasado medio 2010.

En cualquier otra parte

Hoy me he ido a cualquier otra parte. Literalmente. Me he pasado por un sitio que es nuevo para mi y que no sabría ubicar en un mapa. He entrado con la curiosidad por delante y las ganas bien a la vista. Allí me he encontrado con un pequeño grupo de ideas lideradas por un título tan poderoso como la canción a la que da nombre. Y es que estoy convencido de que allí acaba de despertar algo que irá creciendo poco a poco y que acabará siendo genial y especial.

Igual que su creadora.

:)

martes, 21 de diciembre de 2010

El cuento de las casas

Había una vez una pareja feliz que decidió construir una casa para poder vivir juntos en ella. Decidieron construirla en una zona donde ya había otras casas en las que vivían parejas como ellos. Estas casas habían ido cambiando y mejorando con el paso del tiempo. Algunas parecían auténticos palacios. La nueva pareja llegó con ilusión al barrio.

Aunque las casas de los vecinos eran grandes y bonitas, pudieron observar que las relaciones de sus inquilinos eran frías como la nieve. Nunca les vieron salir a pasear juntos, o practicar algún deporte en pareja. Nada. La nueva pareja, en cambio, estaba tan ilusionada con sus planes que se mudó a la zona justo cuando empezaron las obras de su nueva casa. Sí, sólo había una estructura de tubos de aluminio y bigas de madera, pero montaron un pequeño campamento para vivir, aunque todavía no tuviesen ni techo. No les importaba. Sólo les importaba estar juntos. Los vecinos los miraban desde sus casas y no entendían a aquellos nuevos residentes que pasaban las noches al raso entre andamios y madera.

Unos días después de la llegada de la nueva pareja un sucedió un hecho terrible. Una poderosa tormenta golpeó con fuerza el barrio. Parte de los tejados y los muros de las casas fueron destruidos por la fuerza del agua y del viento. De la estructura de la nueva casa no quedó nada.

Nada.

Mientras que los vecinos pudieron solucionar el problema con una sencilla llamada a las constructoras (total, las estructuras de las casas no habían quedado dañadas) la nueva pareja, con lágrimas en los ojos, se vio obligada a abandonar el barrio y volver a sus respectivos hogares. No tenía sentido volver a levantar algo que no había llegado a ser y que ya no era. Mientras abandonaban el barrio, cada uno en una dirección distinta, vieron por última vez a todas aquellas parejas que vivían en casas que eran fáciles de reconstruir.

Aquellas parejas que ni siquiera paseaban juntas.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mis citas escondidas

Para mi 18 cumpleaños alguien me regaló el libro Antología de Citas de Víctor Amela (periodista de La Vanguardia, al que tuve el enorme placer de conocer durante la etapa de la Ruta Quetzal en Chile). Se trata de un tomo de 980 páginas en las que el periodista ha reunido las citas más célebres de la historia según su temática. Es un libro que me gusta ir hojeando, ya que uno encuentra auténticas joyas. Un día me dio por marcar las mías favoritas y apuntar las páginas para volver a buscarlas. Mi intención era enseñarlas (o dedicarlas) pero el tiempo se me echó encima y el libro no ha vuelto a salir de mi habitación. Ha pasado ya un tiempo y creo que es el momento de enseñar cuáles fueron las citas que marqué en mi libro.

El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada. TRISTAN BERNARD

Todo llega si uno simplemente espera. BENJAMIN DISRAELL

No ha habido todavía un filósofo que haya sufrido con paciencia un dolor de muelas. WILLIAM SHAKESPEARE

El día peor empleado es aquél en que no se ha reído. SEBASTIAN-ROCH NICHOLAS DE CHAMFORT

Guarda tus problemas en la bosla y sonríe, sonríe, sonríe. ELLA W. WILCOX

El amor es lo más parecido a una guerra, y es la única guerra en que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana. JACINTO BENAVENTE

¡Querer y ser querido! Ni quiero más ni aspiro a mayor fortuna. LEONARDO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Todo lo que necesitas es amor. JOHN LENNON

Escribir un poco más

Llevaba todo el finde sin escribir, y ahora que lo he hecho, siento como si me hubiese quedado corto. Por eso voy a seguir escribiendo un poco antes de que mis ojos se cierren para no abrirse dentro de unas horas. Ya que no he escrito en dos días, voy a escribir sobre este fin de semana. O sobre las impresiones que me ha dado. En realidad no sé exáctamente como hablar de este finde. A ver que sale.

En primer lugar destacar que acaba de llegar mi hermano, al que no veía desde finales de agosto. Llegas aquí y consigues que me sienta viejo y que ya no sea tan "hermano mayor", por lo menos en el tema de la diferencia de estatura. Pero me alegro de verdad que vuelvas para los días navideños, aunque eso suponga la pérdida de mi condición de "hijo único por un año". Bienvenido.

He tenido también la oportunidad de retroceder en el tiempo durante unas horas y poder disfrutar de lo lindo de esta experiencia. Que bien sientan los pantalones acampanados, el cuello alto, la melena rizada a la altura de los hombros y una buena escucha a los grandes del funky. Salir durante un rato de los problemas de la actualidad para echar unas risas tontas y dejar las preocupaciones en la puerta. Creo que habría que hacerlo más a menudo. Digamos que sería como una terapia. Igual funciona. Igual no. Pero es divertido.

Este fin de semana me he emocionado. He visto y oído unas lágrimas hechas de puro sentimiento. Igual no era de mi incumbencia, pero aquello me hizo pensar y reflexionar. Las cosas bonitas se rompen. Las piezas rotas pueden volverse a juntar. Aunque sea sólo durante unos instantes. Y es en ese momento de conexión en el que sale la verdad de las cosas. La verdad hace llorar.

Cuando hay lágrimas de por medio, aquello es real, verídico.

Finalmente, me he cruzado con los fantasmas del pasado. Los vi de lejos, pensé en evitarlos y ponerme a cubierto. Pero fueron rápidos y me vieron. Vinieron hacia mi. Estaban sorprendentemente cariñosos. Acabé mirando a través de sus ojos intentando adivinar sus intenciones. Pero como siempre, ellos pudieron conmigo y no conseguí averiguar nada. Sólo pude darme cuenta de una cosa:

Llevaban un bonito vestido.

domingo, 19 de diciembre de 2010

No soy tu enemigo

Quiero que si alguna vez te entra la duda, si alguna vez no sabes de qué lado estoy, vengas aquí y mires arriba, a esas palabras más grandes a las que llamamos título. Entonces saldrás de dudas. No lo soy, no lo he sido, ni lo seré. Y si todavía sigues dudando, entonces tendrás que dar un paso más y preguntármelo a la cara.

"¿Soy tu enemigo?"

no

Hace unas semanas hablé de lo poco que tenían que hacer ellos conmigo. Hablé de las ganas que tenía de verles fracasar. No estás en ese grupo. Lo malo es que ellos te harán (o lo intentarán) ver que eres de los suyos y que yo soy tu rival, tu enemigo. Que mis intenciones son hacerte daño. Por favor, no les hagas caso y sobre todo, no creas lo que te digan. Porque pensando de una forma rápida, podrías creer que hay varias razones con suficiente peso como para que quiera estar en tu contra. Hasta yo lo he pensado.

Pero me conoces. Sabes cómo soy y sabes cómo puedo ser. Ojalá la imagen que tienes ahora mismo de mi sea la que siempre tuviste. Me encantaría poder acercarme a ti, bandera blanca en mano, y firmar la paz de una guerra que sólo ha existido en las perversas mentes de quienes nos rodean. Entonces me mirarías de una vez por todas a la cara, sonreirías con nervios al verme nervioso y me preguntarías:

"¿Soy tu enemigo?"

No. No lo eres. Eres todo lo contrario.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Robinson Crusoe (Hoy hace un año)


Después de un día y medio de travesía por el océano Pacífico pude divisar, justo antes del anochecer, una silueta oscura en medio del agua. La isla de Robinson Crusoe. Por fin. Recuerdo la emoción y ver a todo el mundo asomándose para mirar. Al día siguiente pisaríamos por fin la isla que tanto nos había hecho soñar y trabajar. Tres días para explorarla y descubrir un mundo nuevo. Creo que ninguno de nosotros era consciente de que aquello estaba a años luz de lo que nos pudiésemos imaginar.

El día 17 de diciembre amaneció nublado. Salí a la cubierta del "Valdivia" para encontrarme con unos imponentes montes que salían del mar y se escondían en una capa de nubes bajas. A lo largo de la costa pude divisar imponentes acantilados. Sí, aquello parecía Jurassic Park. Justo enfrente estaba la pequeña población de San Juan Bautista. Fue allí donde, después de desembarcar en pequeñas lanchas, levantamos el campamento de la expedición. Tuvimos poco tiempo para prepararnos, porque al poco rato de pisar la isla comenzó una marcha que nos llevaría a la otra punta de la isla. Para eso tuvimos que subir una montañita. Podría decirse que tocamos el cielo, porque en la zona más alta de la montaña nos arropó una simpática nube con toda su agua. Al bajar a la otra mitad de la isla el cielo se destapó y pudimos contemplar fascinados el maravilloso paisaje de aquella remota isla. No lo negaré. Es el lugar más maravilloso, fascinante y bonito en el que he estado.

No voy a escribir mucho más de aquel día, porque no soy bueno describiendo paisajes, porque no quiero que me entre más nostalgia y porque sólo quería recordar que hace un año justo descubrí un lugar al que no creo que pueda volver y al que muy poca gente podrá ir. El 17 de diciembre fue el día que 270 jóvenes de todo el mundo pisaron la mágica isla de Robinson Crusoe.





miércoles, 15 de diciembre de 2010

Biodramina (hoy hace un año)


Hace un año callejeábamos por las calles de Valparaíso (Chile) camino al puerto. Allí nos esperaba el "Valdivia". Un enorme buque militar americano que ahora era propiedad del ejército chileno. Sería él el encargado de trasladar a la expedición de la Ruta Quetzal al objetivo del viaje: la Isla Robinson Cruse, en el archipiélago de Juan Fernández. Nos esperaban dos noches a bordo y un día de viaje de ida.

Recuerdo casi todos los detalles de aquella tarde. La jornada había comenzado de color gris en la casa de Pablo Neruda en Isla Negra, pero el cielo se despejó para mostrarnos los vivos colores de Valparaíso. Recuerdo también la emoción que se apoderó de mi y del resto de expedicionarios. "Ya nos vamos, ya nos vamos" se oía por todas partes. Todavía puedo ver a los marineros del ejército esperando en la cubierta del buque mientras la larga fila de casi 300 personas se aproximaba por el muelle. Antes de subir, una biodramina a cada expedicionario. Más adelante nos quedaría muy claro el porqué. Una vez en la cubierta disfruté de uno de los mejores momentos del viaje: el buque zarpó y puso rumbo a aquella isla perdida mientras que el Sol, que poco a poco iba descendiendo, creaba destellos de luz dorada.

El viaje fue inolvidable. La misma tarde de zarpar ya nos dimos cuenta de que aquel océano de pacífico no tenía nada. El camarote (o sollado) era enorme, uno para todos los chicos de la expedición. Angustiosas literas de 4 personas. Y todo se balanceaba. Todo. Pero no importaba, nos dirigíamos a un lugar único. La auténtica recompensa por el trabajo realizado estaba cerca. Muy cerca.

Pero, como dijo Ende, esa es otra historia y debe ser contada en otro momento.

martes, 14 de diciembre de 2010

¡Dale gas!

Mañana a las 12:00 saldré de clase para no volver a hacerlo hasta el 10 de enero (viva la Pompeu Farra). Habré entregado el último examen y podré decir oficialmente "estoy de vacaciones". De vacaciones de Navidad por si fuera poco. Penasré un rato y entonces sabré lo haré a continuación (y durante estos días navideños). Aquello que muchas otras personas harán estos días:

Dormir la siesta para recuperar el sueño perdido,
andar por la calle silbando bajo las luces navideñas,
levantarme por la mañana y pensar "¡qué frío!",
entrar y salir de casa en busca de los regalos de última hora,

ganar peleas con bolas de nieve y carreras de trineos,
adornar el árbol de Navidad y el resto de la casa y
salir por la noche y bailar y bailar y bailar y bailar.

Deciros lo guapas que estáis y lo gordos que os habéis puesto,
animar a los que tenéis que estudiar (viva la Pompeu Farra),
lucir algo elegante en las cenas para contentar a las abuelas,
enamorarme... ¿y por qué no?,

girar la cabeza para saludar y desear un próspero año nuevo,
alegrarle el día a alguien haciéndole un favor o dando las gracias y
sonreír y reír, sonreír y reír, sonreír y reír, sonreír y reír.

Dale gas , dale gas

Ni lo intentéis

Y si lo hacéis, tened muy claro que fracasaréis. Rotundamente. Luego vendrán las maldiciones y el rencor. Pero a mi no me importará. Ni siquiera me giraré para mirar cómo os lamentáis. Mantendré una expresión seria pero por dentro me reiré de vosotros. Puedo imaginarme lo mucho que me odiaréis, pero eso es asunto vuestro. Yo ya he hecho mi parte, y la hice de la mejor manera posible. Ahora os toca a vosotros. Pero os lo recordaré otra vez: fracasaréis. O por lo menos (en el mejor de los casos) lo haréis peor que yo.

¿Por qué?

Sencillo. Conmigo no podéis. Lo que vosotros queréis hacer yo ya lo he hecho. Todo lo que pensáis yo ya lo he pensado. El camino que queréis caminar yo me lo he pateado varias veces. Vuestros elementos sorpresa ya no son sorpresa porque yo los utilicé. Y no me dais pena.

Si lo normal sería pasaros el relevo, aquí lo tenéis. Pero os advierto que quema. Abrasa.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Wish you were here

Las luces de Navidad brillarían más y
oscurecería sin que el frío nos helase.

quedaría turrón para compartir,
un trozo para cada uno; de
esos que saben a invierno.

tocaría la guitarra para poder
escuchar cómo me sonríes.

pensaría otra vez que es
imposible que las cosas
en las que me apoyo se
rompan con una facilidad
desafiante. No seguiría
escribiendo para que
sepas lo que ya sabes.

What have we found? The same old fears. Wish you were here.

Una verdad en un trastero

Son días revueltos. Me encuentro en mitad de exámenes con una sensación de nervios pero a la vez confianza, ha llegado el invierno y con él se han congelado los recuerdos más calurosos pero se han encendido las luces más bonitas de la ciudad, quedan pocos días para que llegue la Navidad acompañada de esos días de familia y de descanso, no queda tanto para un concierto que estamos preparando con todo nuestro empeño (luchando contra grandes inconvenientes), ya van dos meses de angustiosa invisibilidad y hoy hace exáctamente un año del día que inicié el viaje de mi vida. Cualquiera se concentra. Cómo poner en orden los pensamientos no es tarea fácil.

Pero hoy he entrado en el trastero de un amigo. He estado allí un rato y cuando me disponía a salir he encontrado algo maravilloso. No se trataba de ningún objeto, de ninguna criatura, de ningún aroma... era una verdad. Una verdad que se me hace difícil explicar pero que he comprendido al momento. En estas épocas (navideñas, de fiestas, de vacaciones, de invierno, o como cada uno prefiera llamarlas) nos acordamos de todas aquellas personas que nos rodean y que en cierto modo forman parte de nuestra vida. Son ellas las que amueblan nuestra cabeza en estos tiempos de confusión, porque son ellas las que necesitamos para ser felices.

Hablo de todos aquellos familiares que nos acogen en sus casas y que quieren lo mejor para nosotros. Hablo de los amigos que nos soportan todos los días y consiguen que sonriamos. Pero no me quedo sólo con las personas que tengo el enorme privilegio de tener cerca y poder verlas. También están todos aquellos que se encuentran en la distancia. Sea por estar de viaje, por vivir lejos, por estar cerca pero tener miedo al reencuentro... Hablo de todas y cada una de las personas que alguna vez en la vida me han dedicado su sonrisa. En estas fechas pienso acordarme de todos, aunque sea unos segundos. Si estáis cerca os lo demostrare, si estáis lejos os recordaré y si no os queréis acercar lo entenderé.

Allí estaba. Una verdad. Sencilla.

Perdón por el discursito, sólo quería explicar qué es lo que había encontrado. Y sé que muchos me tacharéis de profundo, de cursi o de "moñas". Entonces os diré "oye, y qué?" Tengo la esperanza de que otros entenderéis lo que quiero decir y pensaréis en los que os rodean y haréis lo correcto; dar las gracias. Y eso es lo que quiero hacer, daros las gracias.

Gracias (se os quiere y se os echa de menos)

Al dueño del trastero:

Gracias por dejarme la llave para abrir tu rincón. No sabes lo mucho que me gustaría que estuvieses más cerca y cuánto te echo de menos. Un abrazo enorme (el que te mereces).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Notición (2)


Estoy alucinando.... Arcade Fire comparte cartel con The Strokes y Arctic Monkeys para el Fib 2011. Si me sorprenden con algo más igual me da un chungo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Don't Look Back in Anger



Todavía no sé exáctamente qué tiene esta canción. Quizás el hecho de estar compuesta por un gran músico. Quizás es la melodía. No lo sé, pero tiene algo mágico, indescriptible. Nunca me cansaré de escucharla. Nunca. Me trae demasiados recuerdos a la cabeza.

Es demasiado especial. Tanto que quise convertirla en un regalo. Un regalo transformado en dedicatoria. Una dedicatoria que no fue escuchada. Un recuerdo más.

So, Sally can wait, she knows it's too late as we're walking on by.
Her soul slides away, but don't look back in anger
I heard you say

lunes, 6 de diciembre de 2010

Pies Planos Playlist. Capítulo 3


Jamie Cullum
El nuevo Jazz

Jamie Cullum ha sido, sin duda, uno de mis descubrimientos musicales más extraordinarios. Son muchos los factores que lo convierten en algo singular, uno de ellos, por ejemplo, es que fue mi abuela quién me habló de Jamie por primera vez y fue ella quien me regaló un disco suyo. No todos los días uno de los músicos favoritos de tu abuela acaba siendo uno de tus favoritos. Tiene mucho mérito llegar un público tan general.

Lo normal sería calificar de jazz la música de Jamie Cullum. Él es un auténtico coco de la música y no sólo compone grandes canciones, sino que también es un genio del piano, posee una voz extraordinaria y toca otros instrumentos como la guitarra y la batería. Un músico completo al 100%. Tan completo que no se contenta sólo con el jazz. En muchas ocasiones el jazz es sólo la base sobre la que Jamie crea canciones con toques roqueros, pop, soul e incluso hip hop. Además, (y esto es muy importante cuando se analiza a un músico) disfruta de lo lindo con lo que hace. He tenido el privilegio de verlo en directo y tengo que reconocer que fue uno de los mejores conciertos a los que he ido. Es increíble como este oequeño pianista interactúa con el público, se mueve por el escenario, golpea su piano y saltar sobre él. Sí, no es el típico concierto de jazz.

Podemos encontrar canciones al más puro estilo jazz como One of those things, otras más pop y pegadizas como I'm all over it y temazos que arrancan sonrisas como These are the days. Finalmente destacar la afición de Jamie a versionar otros artistas. Hay versiones que dan un toque diferente al tema original como The Wind Cries Mary y otras que simplemente, superan a la original: Don't Stop the Music.

Canciones recomendables:
These are the days
I'm all over it
Mixtape
One of those things
Wheels
Don't stop the music (Rihana cover)
The wind cries Mary (Jimi Hendrix cover)
Gran Torino (BSO Gran Torino)



jueves, 2 de diciembre de 2010

Cast no Shadow


Periodista: "Está tan delgado que parecía que..."
Noel: " Si alguien no hace sombra es porque es invisible"




Here's a thought for every man
Who tries to understand what is in his hands
He walks along the open road of Love & Life
surviving if he can

Bound with all the weight of all the words he tried to say
Chained to all the places that he never wished to say
Bound with all the weight of all the words he tried to say
and as faced the sun he cast no shadow

As they took his soul they stole his pride
As they took his soul they stole his pride
As they took his soul they stole his pride

Here's a thought for every man
Who tries to understand what is in his hands
He walks along the open road of Love & Life
surviving if he can

Bound with all the weight of all the words he tried to say
Chained to all the places that he never wished to say
Bound with all the weight of all the words he tried to say
and as faced the sun he cast no shadow

As they took his soul they stole his pride
As they took his soul they stole his pride
As they took his soul they stole his pride

And as he faced the sun he cast no shadow

PD: Entrada #30. Gracias a todos aquellos que seguís perdiendo el tiempo en leer esto.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nos pone lo difícil

No nos engañemos. Nos encanta complicarnos la vida. Todo aquello que podríamos hacer de una forma fácil y sencilla lo transformamos en una auténtica prueba de obstáculos. Aunque suponga pasarlo mal en algún momento ¿Para qué hacer las cosas bien sin complicarnos la vida cuando podemos escoger el camino de las dificultades y el sufrimiento? Igual es que vamos faltos de adrenalina o sencillamente estamos tan equivocados y confundidos que no sabemos distinguir lo que es fácil y lo que es difícil.

Ya sé que he utilizado esta palabra recientemente, pero complicarnos la vida, por mucho que nos guste, es un error. Un error que desgraciadamente todos cometemos. Dejar los estudios hasta el último momento, mentir, ignorar problemas, hacer como si ciertas cosas nunca hayan pasado, alargar todo lo posible algo que algún día tiene que pasar, olvidar lo que no se debe olvidar.... Un error tras otro, pero nosotros seguiremos complicándonos la vida. Lo peor de todo es que no nos damos cuenta de que al escoger el camino más difícil no sólo nos complicamos la vida a nosotros mismos, sino que también se la jodemos a quien nos rodea.