martes, 20 de marzo de 2012

Okupa

Sin quererlo me he convertido en un okupa. Vivo en otra vida, pero no debo ser un okupa convencional, porque mi vida no la he abandonado. Mi habitación sigue siendo mi habitación, mi cuarto de baño continúa siendo mi cuarto de baño. Ni siquiera me he separado de mi nevera. Pero hay momentos en los que estoy mejor en otro sitio. Me instalo, me pongo cómodo y disfruto de ese pequeño placer de estar a gusto en una vida que no es la mía. Acabo de caer en la cuenta de que llevo haciendo esto unos cuantos meses. Un año y pico.

¿Me gusta? Me encanta. Pero no abuso. No, de eso nada. Si me he instalado en otro sitio es porque quien manda en ese sitio me deja. No sólo me deja entrar y ya está, se preocupa por que esté a gusto y por que no me de por irme. ¡Irme! De eso nada. Aquí se está de Maravilla. No hay motivos para dejar de hacer esto, que yo sepa, la disciplina okupa que yo practico no es ilegal.

"Sin quererlo me he convertido en un okupa"...
Bueno, quizás sí que lo he querido.