domingo, 19 de diciembre de 2010

No soy tu enemigo

Quiero que si alguna vez te entra la duda, si alguna vez no sabes de qué lado estoy, vengas aquí y mires arriba, a esas palabras más grandes a las que llamamos título. Entonces saldrás de dudas. No lo soy, no lo he sido, ni lo seré. Y si todavía sigues dudando, entonces tendrás que dar un paso más y preguntármelo a la cara.

"¿Soy tu enemigo?"

no

Hace unas semanas hablé de lo poco que tenían que hacer ellos conmigo. Hablé de las ganas que tenía de verles fracasar. No estás en ese grupo. Lo malo es que ellos te harán (o lo intentarán) ver que eres de los suyos y que yo soy tu rival, tu enemigo. Que mis intenciones son hacerte daño. Por favor, no les hagas caso y sobre todo, no creas lo que te digan. Porque pensando de una forma rápida, podrías creer que hay varias razones con suficiente peso como para que quiera estar en tu contra. Hasta yo lo he pensado.

Pero me conoces. Sabes cómo soy y sabes cómo puedo ser. Ojalá la imagen que tienes ahora mismo de mi sea la que siempre tuviste. Me encantaría poder acercarme a ti, bandera blanca en mano, y firmar la paz de una guerra que sólo ha existido en las perversas mentes de quienes nos rodean. Entonces me mirarías de una vez por todas a la cara, sonreirías con nervios al verme nervioso y me preguntarías:

"¿Soy tu enemigo?"

No. No lo eres. Eres todo lo contrario.

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