lunes, 27 de diciembre de 2010

La entrada #50

Sinceramente, no creía que habría tantas. No me veía capaz de seguir escribiendo después de pasados unos días desde que inauguré el blog. Creí que me faltaría fuerza de voluntad. Que me acabaría cansando o que me aburriría este rollo de escribir.

Nada de eso.

Aquí sigo. Escribiendo más líneas y plasmando lo que pienso. Hacía tiempo que pensaba sobre qué escribiría en la entrada número cincuenta, pero no se me ocurría nada que tuviese una importancia relevante. Así que voy escribiendo líneas en esta entrada mientras pienso qué escribir. Pensándolo bien no voy a escribir sobre nada.

Ayer Pies Planos recibió el mejor piropo que alguien le podía echar. Una personita genial dijo que lo que había aquí escrito le gustaba porque era sincero. Por supuesto que lo es. No podría escribir sin ser sincero, y tampoco hubiese hecho este blog si no era para otra cosa que ser sincero. Porque, seamos sinceros, más no me he podido sincerar. Si alguna vez empiezo a ocultar cosas, entonces esto empezará a estropearse.

Sincero es decir que aquí en las montañas no se está nada mal. Que me esperan unos días prometedores. Que vuelvo a mirar disimuladamente. Que hace nada me saqué un peso enorme de encima y que puedo respirar aliviado. Que ya no soy invisible. Vuelvo a estar a la vista de todos. Y quiero mostrarme ofreciendo mi mejor yo.

Y eso sólo se consigue siendo sincero.

50 entradas. Esto no se para, esto no se para.

No hay comentarios:

Publicar un comentario