viernes, 6 de enero de 2012

Ilusión (mi regalo)

A parte de algún que otro regalito, lo que me gustaría pedirle a los reyes, aunque sé que la cosa no pinta muy bien, es levantarme mañana con un manto de nieve cubriendo el paisaje y las casas. Así podría salir de casa y sentir el auténtico invierno. Miraría hacia arriba y vería las cumbres blancas acariciando el cielo. Sonreiría y volvería a casa para prepararme para un paseo. Saldríamos los dos. Bien abrigados para no pasar frío y poder disfrutar del día sin coger un resfriado de esos que estropean días perfectos. Caminaríamos sin un rumbo determinado durante el tiempo que nos apeteciese, ni más ni menos. Llevaría conmigo la cámara de fotos, para poder capturar el momento en el que los copos rozasen sus mejillas. En algún momento se declararía la guerra de bolas de nieve, que terminaría con un tratado de paz que anunciaría la hora de volver a casa. Allí encendería la chimenea para podernos estirar frente a ella después de un buen caldo calentito. Pondría un buen vinilo en mi flamante tocadiscos y dejaría que el sueño se apoderase de nosotros.

Ahora mismo escucho el viento soplar con fuerza por encima del tejado. Sé que todo apunta a que nada de lo que escrito arriba sucederá mañana, pero no pierdo nada por irme a dormir con esa ilusión. Además, que no suceda el día de Reyes no significa que no pueda pasar cualquier otro día de este invierno. ¿Para eso son magos y pueden hacer lo que quieran, no?

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