martes, 31 de mayo de 2011

Mr. Gentuza

De nuevo en época de calor, hormonas alteradas, nubes que arruinan planes de playa y... ¡Graduaciones! Por supuesto, no la mía ( a mi ya me tocó hace un año). Estos días sólo hay que salir de fiesta o echar una ojeada para verlos a ellos en traje y a ellas con vestidos espectaculares. Porque es cierto que terminar la etapa escolar se tiene que celebrar, que la noche de la graduación es su noche y la de nadie más.

Todavía recuerdo con ilusión mi graduación. Era la tan anhelada meta de una carrera por conseguir subir la media hasta límites que parecían inalcanzables. Con los exámenes terminados y la Selectividad todavía a una distancia prudente nos plantamos todos en colegio para el que sería el último acto al que acudiríamos como promoción. Se mezclaban en la celebración sonrisas, felicitaciones, padres orgullosos, profesores contentos de sacarse a los alumnos de encima (vaya mierda de vocación si sólo eres educador para repetir 20.000 veces "sois el peor curso que ha pasado por aquí". Amargados), nervios por conocer las notas y muchas ganas de fiesta. Me temblaban las manos mientras leía el discurso de los alumnos pero me tranquilizaba un poco el hecho de escuchar risas entre los oyentes y de intuir las ganas que todos teníamos de que se acabase tanto protocolo y empezase la auténtica fiesta (aquella que se había convertido en casi en una utopía después de tantos días de estudio).

Ya graduados, nos dimos al bailoteo en un local que habíamos alquilado para la ocasión. Nos lo estábamos pasando demasiado bien. Entonces llegó el momento de parar la música y empezar a repartir las bandas que se concedían a Míster y Miss "cuerpazo", "ojos bonitos", "sonrisa trident" y otras cosas la mar de bonitas. Pero también había Mr. "Friki", Miss "empollona" y títulos por el estilo. En este punto toda la diversión se va al carajo para muchas personas. Lo de conceder esos "premios", no sé por qué será, siempre es idea de aquellos conocidos como "los popus", los más cool, los guays, los faran... En definitiva, todos aquellos que se creen superiores a la raza (Nota: en la mayoría de ocasiones estos individuos son reparte-flyers) y que se inventan esto de los títulos para decirse a si mismos lo increíbles que son. Tanto ellos como ellas quedan al borde del éxtasis cuando les cuelgan una cinta en la que se dice lo guapos que son, lo bien que huelen, lo mucho que beben o lo grandes que las tienen. Lo peor no es esto. Lo peor es cómo humillan a otras personas por no ser como ellos. No tienen una neurona en su sitio y por eso no pueden entender lo duro que es celebrar tu graduación y que vengan los imbéciles de siempre a amargarte la noche. La gente dice que el tiempo nos pone a todos en nuestro lugar, pero desgraciadamente muchos de estos personajes seguirán colgándose premios y títulos a si mismos sin pegar un palo al agua.

Puede parecer que esté rabioso, que penséis "esto lo escribe porque a él no le tocó nada". Mentira, el que os escribe fue Mr. Sabelotodo. Y orgulloso de serlo.

Payasos.

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