miércoles, 14 de septiembre de 2011

Minimalismo de portada como receta

Vuelta a la rutina, vuelta a la ciudad y vuelta a la agobiante normalidad. Los nostálgicos miran atrás y viven del recuerdo de las últimas semanas, recuerdo visible en lo moreno de sus pieles y en la cantidad de nuevos amigos en las redes sociales. Todos pensamos en lo mejor del verano, en esos momentos que vamos a pretender guardar en nuestra memoria hasta que llegue el calor de nuevo y la campana marque el final de otro curso. Pero muy pocos osan detenerse a pensar qué ha sido lo peor de estos casi tres meses de libertad. Yo tengo clarísimo qué momentos de este verano pienso guardar en mi pequeña caja de cartón para que se queden allí y me sigan sacando una sonrisa cada vez que la abra. Pero voy a ser sincero, no me disgusta para nada dejar atrás y olvidarme de algo que empezaba a ser enfermizo, aborrecedor e incluso dantesco. En efecto, me alegro (mucho) de dejar de escuchar con tanta frecuencia (porque por desgracia los grandes males nunca se van del todo) eso que ha sonado en casi todas las discotecas, bares, casas, chiringuitos... a lo que la mayoría se atreve a llamar "música".

Sí, adiós Don Omar, adiós Jennifer López, adiós Pitbull, adiós Cali y Dandee, adiós Fuego, adiós Britney Spears... Yo no os voy a echar de menos. Ya va siendo hora de que llevéis vuestra "música" a algún otro lugar que no sea este. Que se cansen de vosotros en vuestras casas. Aquí ya hemos escuchado vuestras canciones con una frecuencia de tres veces por noche. El otro día leí en un artículo que al ritmo que vamos dándole al "Replay" con estos temas pronto empezaremos a escucharlos en funerales. Tampoco nos pasemos. Pero habéis conseguido que grupos histéricos de gente cante a grito pelado vuestra excelsa lírica, letras tan profundas y cargadas de sentimiento como "Diablo que buena tu ta con tu pum-pum-pum, yo voy a darte por tu pum-pum-pum, cuando te choco mami tum-tum-tum, si lo hacemos en mi carro hacemos brum-brum-brum" o "la mano arriba, cintura sola, da media vuelta y sacude duro". Poesía pura, recitada hasta por los más pequeños (y los más mayores también). Hacéis que eche de menos hasta a King Africa. Y eso es grave, muy grave.

Pero no hay mejor antídoto para combatir esto que escuchar música de verdad. El destino ha sido bueno conmigo y al llegar a la ciudad puso en mi camino dos discos que todavía no había escuchado: "Suck it and See" de los Arctic Monkeys y "I'm With You" de los Red Hot Chili Peppers". Después de la decepción que me llevé con lo nuevo de The Strokes, "Angles", era lógico que me invadiese el escepticismo a la hora de escuchar los dos nuevos álbumes. Unos días después ambos discos ya están en mi casa y empiezan a aborrecer mi librería musical. ¡Qué gusto!¡Por fin algo que no sea dañino ni para los oídos ni para la salud! Hacía bastante que no escuchaba dos álbumes que me aportasen tanta satisfacción.

"I'm With You" podría considerarse la continuación lógica a "Stadium Arcadium", pero contiene una más amplia variedad de giros musicales. En ningún momento se pierde esa esencia funk que caracteriza a la música de los Peppers. Bases de bajo cargadas de ritmo y potencia mezcladas con estribillos pop. Anthony Kiedis muestra su lado más melódico, Flea se reivindica como el genio que es junto a Chad Smith, su compañero en la parte rítmica del grupo. Josh Klinghoffer aprueba con nota su ardua tarea de sustituir al gran John Frusciante. Los Peppers vuelven a hacer bailar y a vibrar con sus ritmos pegadizos.

Creo que los Arctic Monkeys se han dado cuenta de que el progreso y la evolución musical son buenos si no sobrepasas ciertos límites. También han aprendido que ya les tocaba un corte de pelo. Empecé a escuchar "Suck it and See" con miedo a encontrarme algo a sus últimas canciones. Las primeras notas del disco (los primeros segundos) suenan tan oscuros como su anterior álbum, "Humbug", pero pronto entra una guitarra que te saca el susto y te adelanta lo que van a ser las canciones venideras. No es una vuelta a "Whatever People Say I am That's What I'm Not", pero suena mucho más rockero y animado que "Favourite Worst Nightmare" y "Humbug". Canciones cañeras y baladas se mezclan en este álbum que a ratos incluso recuerda a los otros grandes ingleses Oasis. Pero ha vuelto el buen rollo y el buen gusto musical de los de Alex Turner.

Me alegro de que amos hayan vuelto en buena forma. Ya tocaba algo fresco para los oídos.

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