1 de mayo. Día del trabajador (en domingo, sí, un poco irónico). Día de la madre, una excusa para recordar a aquellos desalmados que a las madres se les tiene que felicitar (de una forma u otra) todos los días del año, sin excepción. En la calle se habla de la primavera, de lo mucho que están estudiando aquellos que acaban bachillerato, de Mourinho, de lo que se hizo en Semana Santa, del número del Hola que trae todas las fotos del bodorrio (por no llamarlo carnaval)... Pero nadie habla del número de la bestia (versión reducida), de parques cerrados, estrellas fugaces (u objetos inquietantes que cruzan la noche a una velocidad vertiginosa) y de lo incómodo que puede llegar a ser querer estar cómodo. Porque hoy nadie hablará de que ya es un tercio. Una tercera parte. Si nadie habla es porque quizás 1) nos hemos quedado quietos y entonces somos invisibles o 2) la envidia les corroe.
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